Amasijo de arte y ciencia. Paisaje biocultural del arte de la laca chiapaneca
Abstract
En este lugar, antiguamente llamado Napiniacá, todos los días hace calor y vaga un viento tibio, con aroma a hojas secas, a choquía de pescado y aje. Ahí los pobladores rezan entre paredes estilo mudéjar en busca del perdón del pecado ínfimo. Dicen que los pecados colectivos y acumulados en la historia suelen expresarse en la catarsis colectiva. A lo mejor de eso se trata la gran fiesta del pueblo; la bailadera de parachicos al son del tambor y el pito, que en veces se convierte en borrachera alegre para quien no alcanzó el indulto de sus ancestros. Y es que cada habitante contiene las creencias, sueños, esperanzas y miedos del pueblo chiapaneca, al que conquistaron allá por el año 1532, y del pueblo moderno, que ayer la pandemia de covid 19 lo desoló.