Huerto escolar para mejorar hábitos de consumo de vegetales en adolescentes

Fecha
2025-08-13Autor
Nangullasmu Santiago, Sofia Ayllin
Metadatos
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El presente estudio analizó la problemática del bajo consumo de alimentos de origen vegetal entre los adolescentes, evidenciando una preferencia por productos procesados con escaso valor nutricional. Para abordar esta situación, se diseñó e implementó un huerto escolar en la Preparatoria Florinda Lazos León, en Chiapa de Corzo, Chiapas a una muestra de 61 alumnos de quinto y sexto semestre del área de Químicos-Biólogos, durante un periodo de 8 meses, con el objetivo evaluar el impacto de un huerto escolar para fortalecer los hábitos de consumo de frutas y hortalizas en adolescentes. La metodología adoptó un enfoque mixto, de tipo experimental, observacional y descriptivo. Se aplicaron encuestas para determinar la frecuencia de consumo de frutas y hortalizas, un examen de conocimientos para evaluar el aprendizaje adquirido y entrevistas semiestructuradas para conocer la percepción de los participantes respecto al impacto del huerto escolar. La intervención consistió en la instalación de huertos de metro cuadrado, en los cuales se cultivaron diez especies de hortalizas seleccionadas con base en su viabilidad y aceptación entre los estudiantes. Los resultados reflejaron un incremento significativo en el consumo de vegetales tras la implementación del huerto escolar. Antes del proyecto, el 67% de los estudiantes consumía menos de 400 gramos de hortalizas al día, logrando aumentar su consumo (más de 400 gramos) al 84% después de la intervención. El consumo mínimo de frutas al día por los adolescentes antes de la intervención fue de 53%, posteriormente el 64% de estos logró aumentar su consumo a más de 400 gramos al día. Estos hallazgos sugieren que la experiencia práctica con el huerto contribuyó a una mayor aceptación de los vegetales en la dieta diaria de los adolescentes. Además de mejorar los hábitos alimenticios, el huerto escolar promovió el aprendizaje significativo al integrar conocimientos en ecología, fortaleciendo competencias como el trabajo en equipo y la toma de decisiones. También incentivó la autonomía en la producción de alimentos saludables y fomentó valores como la responsabilidad, la cooperación y el respeto por el medio ambiente.
The present study analyzed the issue of low consumption of plant-based foods among adolescents, revealing a preference for processed products with limited nutritional value. To address this situation, a school garden was designed and implemented at Preparatoria Florinda Lazos León in Chiapa de Corzo, Chiapas, with a sample of 61 fifth- and sixth-semester students from the Chemistry-Biology track, over a period of eight months. The objective was to evaluate the impact of a school garden in strengthening fruit and vegetable consumption habits among adolescents. The methodology adopted a mixed approach, including experimental, observational, and descriptive components. Surveys were administered to determine the frequency of fruit and vegetable consumption, a knowledge test was used to assess the learning acquired, and semi-structured interviews were conducted to gather participants’ perceptions of the garden’s impact. The intervention consisted of the installation of square-meter gardens in which ten species of vegetables were cultivated, selected based on their feasibility and acceptance among students. Results showed a significant increase in vegetable consumption after the implementation of the school garden. Before the project, 67% of students consumed less than 400 grams of vegetables per day; after the intervention, 84% reported consuming more than 400 grams daily. Regarding fruit consumption, before the intervention, only 53% of students consumed at least 400 grams per day; afterward, this proportion increased to 64%. These findings suggest that hands-on experience with the garden contributed to greater acceptance of vegetables in the adolescents’ daily diet. In addition to improving eating habits, the school garden promoted meaningful learning by integrating ecological knowledge, while strengthening skills such as teamwork and decision-making. It also encouraged autonomy in the production of healthy foods and fostered values such as responsibility, cooperation, and respect for the environment.