Abstract
La división internacional del trabajo al final del siglo XIX empujó a la economía mexicana hacia la producción de bienes agrícolas de alta demanda en el merca- do mundial, con la idea de obtener las “ventajas comparativas” que éste ofrecía.
A la serie de disposiciones económicas que se establecieron para tal fin se le denominó modelo agroexportador, debido a la importancia que tenían las exportaciones de pro- ductos agrícolas y la atracción de capitales extranjeros en el crecimiento económico.