Construcción, implementación y evaluación de una estufa ahorradora de leña
Abstract
En muchas comunidades rurales del estado de Chiapas y de México pueden observarse las carencias económicas y el rezago social, originados por la lejanía de los núcleos de población, la dispersión y en algunas ocasiones por el olvido por quienes deberían apoyar y solventar sus necesidades. El desarrollo energético es uno de los principales problemas que afrontan las comunidades rurales e indígenas en todo país. Si bien en muchas comunidades la falta de recursos económicos es tangible, también lo es el potencial energético de sus recursos naturales. Siendo la biomasa, uno de los que principalmente puede aprovecharse de múltiples formas, desde la cocción de alimentos hasta producción de energía eléctrica. En México existen dos tipos principales de biocombustibles utilizados en el país: la leña (incluyendo carbón vegetal y residuos forestales y agrícolas) y el bagazo de caña que se utiliza esencialmente en la industria azucarera; juntos aportaron el 5 % de la energía final nacional en el 2008 (Masera et al., 2011). Actualmente en nuestro país, desde el punto de vista energético, la leña suministra el 80% de la energía consumida en comunidades, alrededor de 4000 GJ/año (SENER, 2011). El uso de leña predomina sobre el uso total de energía tanto en casas como en miles de micro-empresas tales como panaderías, ladrilleras, talleres de alfarería, destiladores tortillerías (cocción de nixtamal y elaboración a mano) y productores artesanales en general (Masera et al, 2003; Masera et al, 2005). Pero la actividad que emplea la mayor cantidad de leña colectada es la cocción de alimentos (Escobar et al, 2009).