Amasijo de Arte y Ciencia. Maquinita
Resumen
En el cielo sobre la rocosa ladera de la montaña, un diminuto autómata vuela presuroso y el zumbido de su motor resuena; el gracioso cuerpo ovalado refleja, en tono verde iridiscente los últimos rayos del sol de la tarde. Detiene su movimiento bruscamente y desciende, aterrizando con certeza en su objetivo, un material cálido, blando, pastoso y extremadamente fresco.
Sin pausar, comienza con su labor y pronto tiene frente a sí una pelota de valiosa ambrosía de color marrón verdusco. Satisfecho con su excelso trabajo, el pequeño robot emprende nuevamente la marcha, se posiciona de espaldas a su creación y, con sus poderosas patas, fabricadas con la mejor quitina, empuja —sin esfuerzo — la casi perfecta esfera verde marrón, cuya mastodóntica mole es casi diez veces más pesada que él.


