Amasijo de arte y ciencia. Metamorfosis de ensueño

Abstract

Llovizna y relámpagos en haces de luz atraviesan el dosel, las hojas y su pupila vertical bordeada de granate. Ella habita en la oscura, tibia y húmeda selva. Lejos de su charca, las noctámbulas polillas vuelan en redor de la flama de una sebosa vela de bovino sacrificado, y la flama se bambolea al compás del canto de cientos o quizá miles de grillos y cigarras que no cesan ni de noche. Ahí en ese vientre materno vetusto, entre la ranura de la puerta y de las ventanas de la cabaña, el suave aroma a bosque meloso de las flores del cedro rojo se cuela y refresca tus mejillas. Ves hacia afuera, más allá de la cerca luciérnagas como estrellas titilan incesantes y por momentos parecen imitar al árbol luminoso de la natividad. Con calma levantas tu liviano cuerpo de la vieja silla apolillada, tus labios bordean a la pequeña flama, soplas y se apaga, la oscuridad lo envuelve todo, tientas el catre de tablas y encuentras ahí la linterna que extraviaste hace siete días, colocas lentamente tu cuerpo sobre la bolsa de dormir no sin antes ofrecer tu sudorosa y pegajosa piel a esos seres deseosos de sangre para producir inconmensurables larvas.