Abstract
Reconstruir la historia es comparable a armar un rompecabezas, en ambas situaciones se buscan piezas para darle forma a un cuerpo. La diferencia radica en que construirlo es una simple acción de entretenimiento donde sólo se requiere de astucia; en cambio, para estudiar la historia se acude a procedimientos serios, aplicando métodos científicos y un tiempo considerable para formar una imagen coherente del pasado.