Abstract
El sureste mexicano es una región que está constituida por zonas de alto grado de marginación, con construcciones tradicionales, que en muchos de los casos han sido elaboradas sin contar con proyectos arquitectónicos o estructurales; además de omitir la supervisión técnica y el control de calidad. Estas viviendas son un laboratorio que nos permite observar las prácticas tradicionales que durante mucho tiempo han mostrado un comportamiento adecuado y otras que han fallado, pero que se continúan repitiendo.