dc.description.abstract | En la música como en casi todas las artes es frecuente el uso de ciertos patrones, llámense
musicales, gráficos, etc., que definen la corriente artística a la que pertenecen. La creación de algunos de estos patrones no suele ser consciente, sino que surgen de manera orgánica dentro de la misma corriente, a la cual muchas veces el mismo patrón delimita y dota de carácter e identidad, para ser descubiertos después a través del análisis. Dichas corrientes llegan a motivar (en algunos casos mediante la música) movimientos sociales y/o políticos llegando incluso a servir como referente para momentos históricos específicos. Otras veces sucede al revés: el suceso histórico toma como estandarte un patrón ya definido y se lo apropia, convirtiéndose en la corriente misma.
No resulta extraño entonces, que a lo largo de la historia musical de la humanidad hayan surgido patrones musicales: rítmicos, armónicos, e incluso melódicos que por sus cualidades contribuyeron a configurar el estilo en el que fueron creados, tal es el caso del blues, que con la melancolía que le caracteriza (proveniente de la tradición vocal africana resultado de su experiencia en la opresión americana), a través de la distintiva armonía y estructura de su forma, se convirtió en el estandarte de los afroamericanos tiempo después de la época de la esclavitud (1865-1900), quienes convirtieron al estilo en la voz de dicho sector social desfavorecido, siendo así el género musical que identificó a toda una comunidad y una época de la historia americana y, que si bien se ha transformado, se ha sabido adaptar al paso del tiempo sin perder su esencia, influyendo incluso en el surgimiento de otros géneros.
El jazz tiene también sus propios patrones idiomáticos y una de sus expresiones la podemos
encontrar en la forma rhythm changes, que surge en una época en la que la radio y las discográficas dictaban lo que el país escuchaba, y en la era del swing, era este el estilo que recibía todo el apoyo comercial. | es_MX |