dc.description.abstract | La familia es el primer medio de socialización de los niños, a través de quienes forman
aprendizajes para su desarrollo lingüístico, cognitivo, motriz, afectivo, etcétera; los padres
pueden estimular, desde edades tempranas de los hijos, el desarrollo de competencias
lingüísticas a través de prácticas de crianza cotidianas, como acciones concretas que los padres
o cuidadores primarios ejecutan con el fin de estimular en el niño su desarrollo cognitivo, su
capacidad de socialización y de supervivencia (Ramírez, 2005; Goldberg, 2010). A través de ella
el niño obtiene una fuente de información general; normas, reglamentos, valores, etcétera, por
las que imita, aprende, adquiere y refuerza sus habilidades, primordialmente su lenguaje.
El rol y/o función establecida dentro del núcleo familiar (padre e hijos) establece el tipo de
relación entre ambos, permitiendo un vínculo distante o cercano, siendo así el principal
mediador en el desempeño cognitivo y social del infante. Por ello, el papel que tome y
desarrolle cada padre en el seno de la familia determinará el estilo de crianza para la educación
de sus hijos. Sin embargo, un factor que contribuye de manera importante en el estilo de
crianza establecido en la familia es el método por el que a su vez los padres fueron educados
por sus progenitores, a lo que regularmente se denominan estilos parentales “repetitivos”. | es_MX |